Mis encapuchados pueden asediar, violar y matar; no los repriman
“La violencia es el miedo a los
ideales de los demás” Mahatma Gandhi
La
noticia de última hora es la actitud cada vez más perturbadora que tiene la
oposición al Gobierno Bolivariano y develada en sus manipulados seguidores
quienes repudian la violencia en el país y la represión hacia los supuestos
estudiantes que se manifestaron en el estado Táchira, ilógicamente en contra de
la violencia; tal y como en una tragicomedia los “estudiantes” encapuchados se trasladaron
hacia la residencia de la gobernación del mencionado estado y a punta de palos,
piedras, armas volátiles, violencia verbal, sin mediar palabras para la
resolución de conflictos, asediaron brutalmente a la estructura con intenciones
de golpear, violar y hasta matar a quienes se encontraban adentro (mujeres,
discapacitados, adultos mayores), sin la intervención de los cuerpos policiales,
se hubiera esperado lo peor.
Es
un línea de odio transmitida desde los líderes a sus adeptos, pero no es a
partir de poco tiempo, ya en el año 2002 con el golpe de Estado al presidente
Hugo Chávez, los mismos personajes (María Corina Machado, Leopoldo López,
Henrique Capriles), llamaban a la persecución
de los chavistas, los dirigentes eran expuestos al escarnio público como los
casos notables de Rodríguez Chacín y Tarek William Saad, quienes fueron
golpeados y secuestrados; fue una ola de terror contra todo aquel que fuera
chavista. Ahora en el año 2014 los venezolanos vemos con consternación que
aumenta la asechanza opositora frente a sus hermanos de la forma más vil que puede suscitarse,
pero también es necesario acotar que esa misma animadversión va en contra de
cualquier persona de izquierda como los amigos cubanos quienes prestan un apoyo
invaluable en las áreas de salud y educación, también durante el golpe indicado
los opositores asediaron una embajada de Cuba, hecho que recuerda la frase de
los implicados: “se tendrán que comer las alfombras, los cables… les quitaremos
el agua y la electricidad”, en el lugar habían seres vulnerables inocentes como
niños y adultos mayores indefensos. Tema reciente es la Serie del Caribe
efectuada en el estado Nueva Esparta en donde la misma ola de terror y racismo
se trasladó hasta el hotel Venetur en el cual se alojaban los peloteros y
delegación cubana, es la misma historia agresión verbal y con piedras para esos
seres humanos, golpearon un autobús en donde presuntamente se trasladaban los
deportistas y querían quemarlo; igualmente el acto fue intervenido
oportunamente por las fuerzas de seguridad para evitar lo más sanguinario.
Pero
la oposición tiene una doble jugarreta, por un lado manda a anarquizar a María
Machado, Leopoldo López y Antonio Ledezma y por el otro está Henrique Capriles dándoselas
de santurrón como si el pueblo no olvidara cuando el susodicho mandó a matar a
los chavistas con su frase: “salgan todos a descargar su arrechera”, y los
saldos de muertes entre niños y edificaciones quemadas quedaron registradas,
sin embrago ese hecho aún está impune. Esas expresiones que causan furor en los
empedernidos partidarios opositores son de tirria total, hace poco tiempo en
una manifestación denominada “La Salida” la diputada María C. Machado se parecía
cada vez más a uno los personajes más nefastos de la historia: Adolfo Hitler,
en sus palabras llamaba a la rebeldía nacional, como cuando ese nazi les
inducía a sus secuaces que persiguieran y mataran a los comunistas y los judíos,
se siente como lo mismo, los referidos opositores tienen un constante exclamado
de pánico contra los chavistas y cubanos, quieren exterminarlos cueste lo que
les cueste, así lo manifiestan libremente en la calle y más en las redes
sociales virtuales.
Es
una realidad que el país enfrenta una lucha contra la delincuencia y la
inseguridad, pero en vez de unir fuerzas entre los dos polos del pueblo una
parte de ellos quiere ejecutar más violencia y anarquía sin tomar en cuenta los
terribles resultados para todos. No se puede combatir fuego versus fuego,
debemos apaciguarlo con agua, parece que la inconciencia desenfrenada y
acelerada por ciertos líderes del terror, no dejan más que indignación pero con
ganas de seguir luchando en contra de esos flagelos. A los gobernantes se les
pide mano duro en contra de todos esos males, no se puede tener doble moral, es
necesario que todo el peso de la ley caiga en los implicados en cualquier episodio
desgraciado. Ahora bien el trabajo va para los educadores y educadoras, a las
familias y todo aquel que tenga una responsabilidad social; pues nos estamos
jugando dos países, uno lleno de anarquía perenne y otro con entusiasmo de
desarrollo integral; batallar por la vida es lo que estamos obligamos a través
de cualquier medio y manera de expresión con estrategias efectivas.
Alí
Acosta Vicent
Porlamar,
07 de febrero 2014
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