Derecha extremista levanta bandera de Guerra a Muerte (incógnita de la paz)
¡Unión!
¡Unión! o la anarquía os devorará.
Simón
Bolívar en Venezuela decretó Guerra a Muerte el 15 de junio de 1813, teniendo
un término hasta el 26 de noviembre de 1820, declaraba la muerte a los
españoles y canarios que no apoyaran la
causa independentista. La época histórica ameritaba de estrategias
verdaderamente extremas y patriotas para liberar de un yugo extranjero a la
América toda; Bolívar planteaba una estructura propia de República gobernada
por los venezolanos y para ellos; proponía la justicia entre los ciudadanos
junto con la estabilidad progresiva para que la anarquía no los devorase.
En
la coyuntura venezolana grupos extremistas de derecha opositora al gobierno de
Nicolás Maduro han levantado la misma bandera de Guerra a Muerte de Bolívar sin
ni siquiera saber en cual contexto se usó, pero lo más grave son las siguientes
características que resuelven someramente la incógnita de la paz:
·
Se
enfrentan a un gobierno legítimo elegido por la mayoría de los venezolanos hace
menos de un año atrás.
·
Mantienen
la conducta retrograda usada en años anteriores en contra del fallecido
presidente Hugo Chávez, quien logró vencer la pretensión de anarquía invocando
la Constitución Nacional (artículos: 50, 57, 63, 68, 75, 127, 130, 131…) puesto
que los hechos no eran protesta pacíficas sino manifestaciones de violencia en
contra de ciudadanos y el medio ambiente; tal y como ahora vuelve a repetirse
pero con mayor intensidad.
·
Rompieron
el diálogo nacional de gobernados y alcaldes de la misma oposición con el
gobierno nacional para la suma de esfuerzos en el mejoramiento del sistema
integral de la nación y la solución de diversos problemas que aquejan a la
sociedad.
·
Se
declaran en rebeldía y usan técnicas rudimentarias para asesinar a venezolanos
incluyendo a quienes militan en su propia causa (uso de guayas para degollar a
motorizados, regar aceite en la calle, preparación de bombas con explosión de
clavos entre otros); tanto es así el trastorno mental que entre ellos mismo se
vapulean e insultan (opositores vs opositores), cuestión lamentable.
·
No
cuentan con líderes nacionales dentro de sus filas; pero si con dos personajes
notables uno de ellos ya apresado por llamar paulatinamente a una maniobra
violenta que fue pública y notoria considerada como “LA SALIDA” junto con una
diputada a la Asamblea Nacional.
·
Carecen
de racionalidad al pedir la renuncia del presidente o que sea sacado del
gobierno por la fuerza pues aunque son válidos los reclamos por el mejoramiento
de la situación de Venezuela no presentan soluciones o propuestas, por el
contrario prefieren instigar al odio y asesinar con los métodos descritos
anteriormente.
·
Ante
esta grave situación de focos terroristas en algunos municipios del país entre
ellos un punto importante en la capital de la República; el gobierno atendiendo
como garante de la democracia los llamó para restablecer el diálogo roto y
sumar a más sectores de la vida nacional; propuesta que hasta ahora no asumen
irresponsablemente develándose como intolerantes que exigen justicia pero
cuando se establece la forma para resolver el problema le dan una patada a la
mesa.
·
La
grave situación interna entre sus mismos políticos quienes no se colocan de
acuerdo para unir el país y dejar los intereses personales de la lado; cuestión
demostrada por el deslinde de muchos políticos que asumieron responsabilidad y
atendieron al llamado del diálogo, pero aún no se suman los demás para
conseguir la solución en conjunto.
·
Tienen
más frustración pues no cuentan con el apoyo de la población en general que
quiere vivir en paz resolviendo los problemas por las vías legales y racionales;
evidenciado en la tranquilidad de los sectores populares de todo el país.
·
Los
organismos internacionales asumen la verdad y llaman a la sensatez de ambos
grupos para que se reúnan en dialogo abierto.
Dentro
de esta situación esos personajes que declaran la Guerra a Muerte ni conocen su
significación histórica ni mucho menos cuentan con una agenda para consolidar
la paz y estabilidad de su patria, puesto que al llamar a una guerra para
exterminar a quienes consideran sus enemigos (que en realidad son la mayoría de
los venezolanos, sus hermanos) se ciegan y no consideran la paz por ningún lado.
El factor importante que tiene la alta responsabilidad es el arma mediática
usada para manipular a esos sectores desde el comienzo de la Revolución
Bolivariana hace 15 años atrás, es decir que la psicosis reventó en estas
acciones violentas irracionales que atentan contra la ciudadanía tomando en
cuenta que esas estrategias ya habían sido utilizadas en el Golpe de Estado del
año 2002 en el cual se instigó a perseguir a los chavistas (un caso parecido al
de Ruanda, pero con conjeturas distintas). Muchos opiniones coinciden que esto
se ha convertido en problema grave de salud pública de carácter psicosocial;
exhortando al gobierno que llame una junta nacional de psicólogos, psiquiatras y
sociólogos para que tomen mediadas respectivas ante una propagación de
trastornos neuróticos reflejados a leguas en los manipulados con sus gestos,
comentarios y acciones (gesticulación histriónica de odio, improperios,
estrategias para asesinar). En Venezuela se está enfrentado posiciones de
irracionalidad colosal; pues entraría una gran interrogante la cual se deja
para la reflexión: ¿Si todos los venezolanos y venezolanas reconocen los
problemas y crisis actuales, e inclusive el gobierno los reconoce y llama al dialogo
y debate entre todos los sectores del país para concretar acciones que generen
soluciones de corto, mediano y largo plazo, por qué ante la propuesta abierta,
prefieren seguir auto-aislándose y provocando más daños?
La muerte no tiene que ser la bandera en
ningún país; son sus ciudadanos unidos y con una actitud dialogante quienes
resuelvan en conjunto sus problemas por muy pequeños o grandes que sean; pero
la historia es aquella que juzgará las acciones tomadas por cada persona en
cualquier momento ante cualquier circunstancia, si apostó por la paz o por el
odio.
Alí
Acosta Vicent
Porlamar,
14/03/14
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