Culpabilidad individual: unión colectiva
Como sea tu óptica sobre las
cosas, nunca te dejes manipular; por nadie.
El
mundo humano pero tan inhumano en el cual vivimos nos ha venido enseñando en la
cotidianidad muchísimas realidades que nos hacen pensar: no hay salida. Pero
así como nos decepcionamos de la gente, de los entes, de todo, también
reflexionamos y entendemos que la crisis moral a nivel universal, ya no
sorprende, es ese punto el más peligroso, la costumbre, se han ido colando,
filtrando y sedimentando en nuestra forma de pensar, ¡ya no hay nada que hacer!,
¡el mundo cambió, para siempre!, esos malos pensares son los que han consumido
el preciado líquido de la conciencia. Cuando transitamos por una calle y somos
unos verdaderos invidentes, ante la desvergüenza, la flagrancia delictiva, el
acoso, la prostitución, pobreza (física y psíquica), el abandono, el racismo,
la intolerancia, en fin tantos males y antivalores, que existen y coexisten
entre nosotros, con nosotros y dentro de nosotros, se debe ser reiterativo.
Algunos
quieren echarle la culpa a alguien o algo, ¿Quién tiene la culpabilidad?, esos,
se lo atribuyen en buena porción a las religiones y/o sistemas
políticos-económicos-sociales, es una estrategia para defenderse de una culpa
propia, y desconocer lo colectivo. Un caso vivencial es Venezuela, en donde se
inmiscuye al socialismo del Siglo XXI, hay temerarios que aseveran: comunismo. Tendríamos
que preguntar ¿cuánto tiempo lleva ese sistema en Venezuela?, 5, 10 o 15 años,
sería la respuesta, en un mundo con una civilización milenaria, “civilización”,
y sin ir tan lejos, con tan solo analizar los 100 años anteriores al
posmodernismo, y sobre todo en Nuestra América Latina, los poderosos, los excluidos, cuando
levantaron la voz, esos sucesos que acontecieron. Aunque algunos hablan mal de
la pornografía y la promiscuidad, cuando en una época más lejana se realizaban
orgías colectivas en plenas plazas. Así como esa excusa barata de decir: “quiero
que regresen los valores de antes, hoy todo está corrompido y depravado”. Pero
que más putrefacto que el pasado, no todo pues existe un pasado glorioso y
lleno de gente noble, pero gran parte se nota claramente manchado, siendo
irónica la expresión. Pero así como se ve a los poderosos y ambiciosos de poder
demoler la esperanza se ven cuestiones insólitas, gente marginada defendiendo a
quien lo patea; las razones son conocidas, la comunicación, pero no tribal,
sino la más avanzada, como desde la invención del telégrafo o peor de la radio
y la televisión, los medios de comunicación las armas más peligrosas de los
humanos, peor que la bomba de Hiroshima, es ese problema de salud pública,
cuando estamos en frente de alguien que presenta síntomas de disociación
psicótica o plena alienación, que no reacciona reflexivamente ante lo sucedido
en su contexto, solo afirma en comentarios vacíos y se manifiesta agresivo al
no contar con apoyo de otra persona, es capaz de llegar a niveles de histeria,
histeria que inclusive se ha transformado y degenerado en grandes masas.
Las
razones no sólo se quedan con lo político en los hechos mencionados y
preocupantes de gente que acusa de intolerancia a otros, cuando derraman
cinismo, histeria, rabia, odio entre otras afecciones emocionales en contra de
quienes acusan. La religiosidad se ha visto tan manchada como la política,
desde el pago de dinero para ser sumo pontífice como el sacrificio de animales
inocentes, a la par de los medios de comunicación está la religión, la cual “encamina”
al ser a través de creencias hacia algo prometido, por lo general es un lugar
maravilloso, con esto no quiero sonar ateo (cuestión que no existe, pues para
serlo, no crees ni en Dios ni en ninguna otra teoría, ni siquiera en la de la
vida, la cual te incluye como ser “viviente”, por tanto quien sea ateo debe
suicidarse pues no creería que el exista como persona o ente), prefiero sonar
laico como la carta magna bolivariana o sincretista, recoger todo lo bueno y
beneficioso para todos de una religión, es mejor eso. Hay gente por ejemplo que
señala a la religión católica, es allí donde quiero llegar y hacer ver, y
hablan sobre la pedofilia de miles y quién sabe si hasta millones de curas,
como hay otros que critican a los evangélicos pues están llenos de gente con
pasados oscuros.
Como
seres humanos no nos debemos de cansar de buscar respuestas, de hablar de
opinar, sin transgredir a nadie, usando el respeto, la tolerancia y el amor
como banderas, de práctica y no de teoría. Durante cada paso nos toparemos con
la maldad, que si existe, se manifiesta en quienes quieren comprar tu
conciencia, quieren abusar de ti, te utilizan, te explotan, quizás por un
motivo personal o peor por uno mayor. El mayor detalle que se debe tener en
cuenta, es que vivimos en un mundo diverso, desde lo más mínimo hasta lo más
descomunal. Dentro de esa diversidad es mejor plegarse a las causas justas y
que tienen razón histórica, las mayores pruebas se encuentran cuando se
traspasa lo que te dicen, cuando no eres un molde, pero cuando demuestras defender
tu causa sin temor o vergüenza unificando esfuerzos con más gente y respetas a
quien no opina igual que tú.
La
riqueza monetaria desde hace: siempre; ha venido comprando a todo mundo, sería
llano, ignaro e hipócrita desconocer que siempre ha existido la lucha de clases
y que esa fábula del lobo rojo que se come a las ovejas mansas se la han creído
muchos y seguimos igual, nunca han pensado en la historia de gente buena y
mala, los malos cuando tienen poder te
golpean, pero cuando no lo tienen, te utilizan como si fueras su amigo para
luego vapulearte constantemente.
Quiero
que este último pensamiento, muy humilde que les escribí, lo reflexionen. Yo se
los dedico a la gente de tendencia derechista en Venezuela que busca volver al
poder, jamás compararán mi conciencia, ni
manipularán las razones históricas:
(…)”los malos cuando tienen poder te
golpean, pero cuando no lo tienen, te utilizan como si fueras su amigo para
luego vapulearte constantemente”.
(Reiterar
es importante, a la derecha venezolana en una tarde margariteña, 01/09/2014)
Ali Acosta Vicent
Porlamar, 01 de septiembre 2014
PPC
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