La mazmorra para quien se lo merece
Las empresas de
desinformación que contrarían al gobierno venezolano, mantienen una etapa de
recrudecimiento, entorno a sus estrategias mediáticas, para hacer tambalear al
Estado presidido por Nicolás Maduro, han transcurrido apenas 56 días del año
2015 y los intentos estériles de la derecha nacional e internacional junto con
los factores mencionados en principio, no han podido socavar ni un centímetro
el pilar democrático del país latinoamericano.
La aprehensión del señor “vampiro” Antonio
Ledezma, quién está posicionado en el pasillo de la infamia de la historia
venezolana, pues al decir su nombre, nos remontamos a la época nauseabunda de
la 4ta República, cuando el susodicho reprimía manifestaciones de estudiantes
en la Universidad Central de Venezuela y por si fuera poco le lanzaba la
Ballena a los adultos mayores que protestaban por sus reivindicaciones
pensionales; y en ese punto es interesante analizar: que si los muchachos que
reclamaban por sus derechos educacionales y de transporte, tenían fuerza para
lanzar una piedra o gritar una consigna, debe ser que para Ledezma los
abuelitos y abuelitas, tenían mucha más fuerza (hablando de un promedio de
adultos entre 60-70 años) y por lo cual era necesario e imperativo vapulearlos.
¡La época del vampiro! Eso sí
que era democracia pura, verdadera y según “jóvenes” de ahora, deberíamos
volver a esos tiempos, cuando éramos felices y no lo sabíamos. Algunos personeros de derecha dirán que los
chavistas viven eternamente en el pasado, entonces es bueno mencionar datos
recientes, tal como es la vinculación que tiene Ledezma con Lorent Gómez Saleh,
un muchachito con ideas como le gustan a MariCori, en las que está inmiscuido
el C-4 y su uso “beneficioso” para hacer estallar discotecas, logrando disminuir
el tiempo de entretenimiento y distracción de la gente pobre que gasta su
dinero en esos espacios del demonio; toda una paradoja dicho tema, dejando
claro que la “oposición” ha creado y aúpa a los terroristas pacíficos.
Sin duda alguna los
degenerados medios, en su afán de santificar a Ledezma borran de su pauta, el
pasado oscuro y el presente sepulcral del exalcalde Mayor de Caracas; seguro ya
comenzarán a hacerle campaña al próximo candidato para ganarse unos realitos y olvidar que en la cárcel está
pagando por pecador dicho señorón.
Para culminar es necesario
que deploremos un hecho lamentable que sin duda enluta a una familia
venezolana, tras la muerte de su hijo, un menor de edad (14 años), el cual
estaba en una “protesta” y tras verse envuelto en un momento violento, un grupo
de jóvenes encapuchados rodearon a efectivos de seguridad para golpearlos, en
tal desespero uno de ellos (efectivo de 23 años) disparó y cegó la vida del
menor. Quedaría la reflexión en interrogante: ¿qué hacía este menor envuelto en
hechos violentos? ¿Dónde estaba su madre, padre o representante? ¿Quién dirigió
a la turba los jóvenes? ¿La direccionalidad del Estado en materia de control
del orden público como está establecido en el artículo 68 de la constitución y
expreso claramente en la exposición de motivos de la misma, debe ser estudiada
sigilosamente para investigar el hecho psicosocial de un joven de 23 años y su
formación para afrontar situaciones de conflicto público? Lo que es cierto y a
diferencia de la época nefasta descrita al principio del artículo, es la responsabilidad
expresada desde Maduro, pasando por la Ministra Meléndez y hasta llegar al
uniformado, quién se entregó y será juzgado, cuestión que nunca pasó en
gestiones gubernamentales de todo el siglo XX con incontables hechos mucho más
grotescos.
Alí
Acosta Vicent
Porlamar,
25/02/2015
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